Vive el Vino concluye con éxito
El festival del vino en León, Guanajuato, cierra su edición de lanzamiento con una notable asistencia y el desarrollo de alternativas comerciales para los productores guanajuatenses
Con un éxito y un entusiasmo que se reflejó en una buena asistencia de público y la satisfacción de los expositores, tanto de los stands como de los distintos talleres y catas, se llevó a cabo la edición de lanzamiento de Vive El Vino, festival realizado los días 23 y 24 de junio en León, Guanajuato, en el funcional complejo de Distrito León MX. Esta fiesta puso a la ciudad guanajuatense en el radar de las actividades sobre la cultura vinícola que cada vez se realizan con mayor frecuencia, más calidad y en más ciudades de México.
La conexión estratégica con el Segundo Congreso Vinícola, que se realizó el 22 y 23 de junio en ese mismo recinto, dio un impulso extra al debut de Vive el Vino, si bien es cierto que solo fue un puch adicional, ya que por si solo el evento logró una excelente convocatoria, con un excelente perfil de asistentes, de diversas edades, pero con el interés común de conocer, disfrutar y desde luego, pasársela muy bien.
“Hace 20 años, no existían los vinos de Guanajuato y hoy el estado es un referente que ha ido ganando prestigio a nivel nacional e internacional”,
Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, gobernador de Guanajuato
Las instalaciones de Distrito León MX fueron ideales para esta fiesta, en la que desde luego brillaron las bodegas guanajuatenses y donde también estuvieron grandes marcas nacionales y de otros países que le pusieron la nota de diversidad, sin muchas complicaciones. Fue una fiesta para profundizar en el conocimiento de bodegas que no siempre tienen reflectores, que requieren promoción y comercialización. Hubo tiempo y espacio para todos: para los neófitos y los expertos, para los que querían tomarse la selfie en el stand de su bodega favorita, para reencontrar y hacer amigos y también para apuntar la mira de negocios y acciones en esta zona del Bajío.
El evento fue organizado por las empresas Deutsche Messe, Italian German Exhibition Company México y Vinotelia, además de la participación estratégica del Estado de Guanajuato. Una de las premisas en la que se hizo hincapié desde su anuncio fue que Vive el Vino se trata no solo de un festival sibarita, sino también de un foro de comercialización y de negocios en torno al vino para esta región.
Puede decirse que en ese sentido se abrieron caminos muy importantes, ya que pudimos comprobar como se pudieron acortar vías de comunicación y enlace para los productores guanajuatenses para puntos como Guadalajara, Puerto Vallarta y Riviera Nayarit, sin “hacer escala” en Ciudad de México. Algunos productores que no tienen aún distribución nacional, hallaron caminos alternos para la comercialización de sus productos.
En la parte oficial de la inauguración destacaron acciones más allá de las formas oficiales, la más importante, sin duda, el pronunciamiento del gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, por impulsar la industria vinícola estatal, generando estímulos y reduciendo trabas desde la parte gubernamental, algo que invariablemente necesita la industria del vino a nivel nacional.
Por otro lado, sobresalió la entrega de los premios “Mujeres de la Vid”, que se otorgaron a Luz Adriana Enríquez, propietaria de Bodega y Viñedo Tierra de Luz, en la categoría de Emprendimiento y Desarrollo de Negocios; a Agostina Astegiano, asesora de viñedos en Argentina y México, en la categoría de Desarrollo del Sector, y a Laura Zamora, creadora de más de 140 vinos y propietaria de la bodega Casa Zamora, en la categoría de Trayectoria e Impacto en la Industria Vinícola Nacional. Sin duda estos premios son un elemento estratégico en el imprescindible reconocimiento a la labor de las mujeres en las distintas áreas de proyección de la industria del vino.
De acuerdo con los organizadores, el evento concentró a 50 expositores y reunió a más de 2 mil asistentes en los dos días. Fueron dos jornadas de notable actividad, con especial énfasis en las catas y los talleres, que dieron la oportunidad para que los asistentes vivieran experiencias inusuales, como las armonizaciones con insectos, dulces regionales de Guanajuato y cocina nikkei, entre otras. La participación de la industria restaurantera local fue significativa, ya que dio excelentes notas de sabor, abriendo aún más la oportunidad del goce de los vinos en afortunados maridajes.
A la que vimos muy activa durante todo el festival fue a la sommelier Ana María Arias, de Vinotelia, convertida en la Mujer del Vino en el Bajío, por su incontenible participación en la organización y desarrollo de todos los eventos: estuvo como presentadora y comentadora de todas las catas, experiencias, presentaciones y talleres, marcando con su presencia la personalidad de este evento que generó muy buenos comentarios.
Por supuesto el tema de las medallas y de los premios nacionales e internacionales fueron motivo para el lucimiento y el cacareo de varias bodegas, aunque bien es cierto que si bien las medallas son un gran trampolín, no lo son todo, ya que también pudimos apreciar bodegas pequeñas con grandes y prometedores vinos, varios de los cuales se van abriendo paso en los mercados regionales y nacionales.