Alesia, una fiesta de inspiraciones mediterráneas en la Ciudad de México
Con maestría, disciplina y un entusiasmo que transmite a los comensales en cada platillo, el chef Alejandro Cuatepotzo establece una incomparable experiencia en su nueva propuesta culinaria
Un sugerente viaje por las costas mediterráneas, lleno de evocaciones y descubrimientos, marcan la pauta de una de las más interesantes experiencias culinarias en la Ciudad de México: Alesia, la nueva aventura culinaria del chef Alejandro Cuatepotzo y su equipo, un tour de force incomparable que reescribe la historia de este gran cocinero en su definición de una cocina moderna, propositiva, llena de un virtuosismo que da nuevos elementos de lectura a la gastronomía capitalina.
Refrescante en su estilo y su definición arquitectónica e interiorista, con una sobria elegancia que sugiere más bien un festín de los sentidos, Alesia se abre literalmente en el espacio, cuesta arriba, para esbozar la imagen de una plaza, de un mercado, de una terraza en la que confluyen las crónicas de marineros, mercaderes y viajeros para contarnos en cada tiempo del menú historias de encuentros y hallazgos, de conquistas y seducciones, de apasionados mestizajes que transmiten la efervescencia y vitalidad de las culturas del Mediterráneos: historias de fenicios, cartagineses y romanos; de griegos y turcos, de navegantes cuyos sueños y proezas se diluyen entre arroces y la feria de frutos del mar; de mieles, de licores exóticos, del aceite de oliva como gran gestor de épicas aventuras en torno a la mesa.
Con un sólido prestigio a raíz de su fino trabajo en Antonia Bistro, en San Miguel de Allende, además de Arango, en la Plaza de la República, en la capital mexicana, Alejandro llega ahora al sur de la Ciudad de México, en el Pedregal, con un discurso que difiere de todo lo que conocíamos de él, salvo la calidad y la obsesión por los ingredientes y las técnicas que lo han distinguido.
El bello escenario, fresco, armónico, en sintonía con esa necesidad de espacios abiertos que apunta la evolución de la restauración contemporánea, es el espacio perfecto para esta suma de apuntes meditérraneos que nos llevan a una travesía más que elocuente de Gibraltar a Estambul, con múltiples escalas, con idas y venidas de aromas y sabores, con festines marinos en las costas de Italia y fastuosas celebraciones a la manera gala.
La ejecución es impecable, en la tesitura perfecta, sin que nos quede la nostalgia de la parada anterior, sino más bien una estupenda experiencia que es el anticipo a otra igualmente memorable. Cuatepotzo y su equipo logran lo que pocos: hacer que una tarde en Alesia, que significa Abundancia, pero que igualmente implica otros tantos valores en el antiguo esquema ético latino, se visualice como un mural excelso, en el que cada una de las partes son esencia infaltable de dinámico todo, lleno de tradición, técnica e imaginación, que expresa la cocina de Alesia.
La primera invitación al placer es desde luego su barra de mariscos, justo a la entrada del restaurante, abriendo paso a una parada informal, si así se desea, para gozar un delicioso antojo: ostiones, ostras, almejas, patas de cangrejo de Alaska y manitas de cangrejo moro acompañados al de salsa mignonette, salsa rosa o mermelada de tomates picantes.
“El viaje continua con el mezze frío, mezze caliente y los bocadillos. En el primero se pueden disfrutar las hojas de parra con jocoque o el tartar de salmón ahumado; mientras que la berenjena asada con cous cous, dátiles, yogurt griego y aceite de ajonjolí o el pulpo Sti Skára con aceite de oliva griego, aceituna y alcaparras son parte del segundo. Entre los bocadillos está el arancini de ragout de vaca vieja o el souvlaki de cordero a las brasas con tzatziki.
“Por otro lado, el mar y la tierra tienen un lugar especial en nuestra carta. Destaca el pescado a la sal o a las brasas y las distintas preparaciones hechas con carne calidad prime madurada por 30 días”, expresa Alejandro.
El gran despliegue de mosaicos de reminiscencias portuguesas sella la atmósfera del establecimiento, con la inspiración de un gran mercado y su diversidad de productos a la vista del público. El Mediterráneo es charla, convivencia, disertación festiva, ágora y plaza de recreos; animada tertulia de familiares y amigos donde el buen vino y la coctelería, son elementos infaltables de esta celebración a la vida. La curaduría de Laura Santander en el tema vinícola es por supuesto impecable, con un espacio especial para algunas joyas de viñedos mexicanos. En el caso de la coctelería, la secuencia nos lleva desde los tragos clásicos hasta los coqueteos de actualidad: el Alesia Spritz, una mezcla de prosecco, brandy y vodka con notas de mandarina; así como cocteles hechos con grappa como el Galicia Mist (grappa, infusión de té marroquí, limón siciliano, oleo de jengibre y top de soda) o el Roma Smach, hecho con grappa, kiwi macerado, hierbabuena y limón siciliano.
Cocina de ejecuciones únicas, con un discurso bien definido y conocimiento profundo de las sutilezas, historias y pormenores de cada platillo, así es Alesia. En sus mesas se cuentan leyendas y travesías sublimadas en preparaciones de raíces populares, ancestrales, que hoy siguen siendo motivo de gozo y regocijo. A ello sumemos un impecable servicio, además de un escenario que es por si solo un estímulo para la relajación física y mental. La maestría de Alejandro Cuatepotzo sigue vigente, y en evolución continua.
Alesia
Dir: Av. de las Fuentes 549, Jardines del Pedregal, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 1:30 p.m. a 12:30 a.m.
Tel: 5522895436 / 5528780526
Facebook: Alesia Mediterráneo / Instagram: @alesia.mediterraneo