La Mallorquina: un goloso recorrido por una España de festivas tradiciones
El chef Carlos Arrieta, de La Mallorquina, ha trazado la ruta en la Ciudad de México para gozar de los placeres de la cocina española con un sello de festiva autenticidad
No hay que olvidar que soy un chef repostero y que lo mío fue en un principio la cocina dulce, dice con un dejo de humor y con mucho entusiasmo el chef Carlos Arrieta, fundador de La Mallorquina, el concepto restaurantero de cocina española clásica desarrollado en la Ciudad de México, y que ha marcado toda una tendencia, una línea de placer y de satisfacción culinarias para los paladares capitalinos.
Presente en el escenario culinario nacional desde 2012, el chef Arrieta nos invita a disfrutar de su proverbial carta en la sucursal San Ángel de La Mallorquina, situada en la zona de San Ángel Inn, donde podemos disfrutar del concepto gastronómico que ha dado fama a La Mallorquina.
En San Ángel podemos gozar de todos los placeres de la cocina española tradicional a la que nos tiene acostumbrados el chef Arrieta: la cocina del norte de España, del país Vasco, de zonas como Galicia y Asturias, que son parte del gran concepto que significa La Mallorquina.
No hay que perderse de saborear el Arroz con rabo de toro, la Fabada y la Paella que han hecho famoso a este restaurante.
Con escenarios también en Polanco y Bosques, el chef Arrieta nos comparte que próximamente abrirá asimismo una sucursal en Satélite. Los comensales de esa zona del Estado de México podrán gozar de sus emblemáticos guisos de acentos españoles.
Todos ellos preparados con productos de origen acompañados, como es el sello de la casa, con una selecta carta de vinos que ponderan toda la riqueza de las distintas regiones de España y otros países.
Disfrutamos de un muy recomendable menú degustación que nos llevó a un recorrido por las mesas y los fogones españoles, con alguno que otro twist de la casa, consistente en un Shot de su refrescante salmorejo; un dúo de Croquetas de jamón y de fabada; un delicioso taquito de rabo de toro; los Camarones con arroz negro y mantequilla de limón.
Además nos deleitamos con espectaculares platos fuertes como el Huachinango a la donostiarra y una generosa porción de su famoso Lechón, muy bien acompañado de Miros Crianza, de Ribera del Duero.
El cierre magistral de una tarde de buen ambiente, convivencia y sabores que dejan huella en la memoria de los sentidos fueron la Tarta donostiarra, el icónico postre cremoso por dentro y dorado por fuera; así como y el suculento Pastel de chocolate.
Desde luego no podia faltar la delicia clásica que da nombre a esta institución restaurantera: las Mallorquinas, ligeras y crujientes, con sus notas distintivas de almendra, que dejan gratísimo recuerdo, como todo lo que hace y propone el chef Carlos Arrieta en este reducto vivo de la cocina española.
La Mallorquina tiene tres direcciones:
- Polanco: Emilio Castelar 65, Polanco.
- San Ángel: Altavista 207, San Ángel Inn.
- Bosques: Plaza Arcos Bosques, Cuajimalpa.