La carne de cerdo abre nuevos panoramas en la alimentación de los mexicanos
Muchos mitos rodean al consumo de la carne de cerdo en México, por ello USMEF organiza un foro en el que se ventila la realidad sobre este producto de amplios beneficios en la alimentación actual
Con el objetivo de abrir más vías de conocimiento en torno a la carne de cerdo y su consumo entre los mexicanos, la U.S. Meat Export Federation (USMEF) convocó recientemente al Foro Mitos y Realidades de la Carne de Cerdo, un encuentro con especialistas destinado a resolver las dudas del público en general sobre las ventajas y los supuestos riesgos que representa la inclusión de la proteína porcina en la dieta regular de la población mexicana.
Se trata de un ejercicio fresco, desarrollado a manera de talk show, sustentado en la difusión dentro de las redes sociales y con la participación de personas de distintas edades y actividades, además de la inclusión de medios de comunicación. En este foro que se graba para su posterior difusión en la web, los invitados interactúan con el público en el estudio, resolviendo dudas, aclarando mitos, enfrentando números y estadísticas sobre lo que representa el cerdo en la alimentación contemporánea.
Gerardo Rodríguez Sánchez, director general de la USMEF para México, Centroamérica y República Dominicana, funge como moderador en la primera entrega de esto que supone una serie, y que tuvo como ponentes en el plató a dos importantes académicos en las áreas de la Veterinaria y la Nutrición, los Doctores María Salud Rubio y Diego Braña Varela, catedráticos e investigadores de la UNAM con amplio reconocimiento en el ámbito internacional.
Por supuesto la premisa inicial de Gerardo al arrancar este foro es la carga intelectual y emocional que existe entre varias generaciones de mexicanos en torno al consumo de esta proteína animal, que por años fue considerado un alimento dañino, generador de enfermedades y de baja estima en el tema nutrimental.
Por muchos años, niños y adultos escuchamos la consabida letanía, propagada por muchas madres, de que la carne de cerdo es dañina para nuestra salud, incluso con riesgos de muerte. Ante este escenario, la tarea fundamental de esta actividad es reiterar el valor esencial que el cerdo tiene en la alimentación de muchos pueblos desde épocas ancestrales, y que los riesgos de salud que puedan haber en torno a él no son intrínsecos, sino derivados de fallas de higiene y de inocuidad en su crianza y en su manejo hasta su consumo final.
La Dra. María Salud Rubio destacó que México es un país especial en cuanto a la cultura del consumo del cerdo, ya que a diferencia de otras sociedades del mundo, se le imprimen restricciones sin fundamento, como la idea de que no es recomendable su consumo para niños y mujeres embarazadas.
“Cuando llegué a México, una de las cosas que más me sorprendieron, estando yo embarazada, es el espanto de muchas personas al saber que consumiría cerdo estando yo en esa situación, ya que para muchos era impensable que una mujer en ese estado lo comiera. Vengo de una cultura donde siempre se ha comido cerdo y en la que la gente lo consume desde temprana edad, sin embargo en México hay la idea de que es un alimento dañino”, dice la especialista oriunda de España.
Contrario a lo que muchos puedan pensar, México es un país en el que todavía se consume poco cerdo, alrededor de 19 kilos per cápita por año, a diferencia de muchos otros países, como el caso de España, donde el registro indica 48 kilos por persona. Otras naciones como Alemania, Japón, Suecia y Finlandia tienen un nivel más alto de consumo que nuestro país.
“‘Malo como la carne de cerdo’, expresa una frase popular de México que condensa el sentir hay en torno a este alimento que en realidad ofrece múltiples beneficios al organismo, como proteínas, minerales, vitaminas del grupo B y aminoácidos esenciales necesarios para una buena nutrición. Es un alimento que puede consumirse desde la niñez. En casa, por ejemplo, mis hijos consumen carne de cerdo desde muy pequeños”, comenta el Dr. Diego Braña Valera.
La carne de cerdo es fuente de proteínas de calidad, por su digestibilidad y contenido en aminoácidos esenciales, con una alta proporción de hierro y zinc, entre otros minerales, así como de vitaminas del grupo B, especialmente tiamina y B12.
La falta de regulación en las medidas sanitarias a lo largo del proceso de producción de la carne de cerdo determinó por muchos años el marco de insalubridad que satanizó el consumo de esta carne. Sin embargo, como refieren los especialistas, actualmente hay una sólida estructura de inocuidad en la producción agropecuaria, lo que garantiza que sea un alimento saludable tanto por sus cualidades mismas como por el proceso mismo de producción que la involucra, hasta llegar al consumidor final.
La USMEF es una organización que promueve el consumo de carnes de res y de cerdo desde una perspectiva de generar una cultura en torno a estos productos, informando a los consumidores sobre las estrictas medidas sanitarias que definen todos los procesos de crianza de los animales y el procesamiento de la carne, incluyendo la responsabilidad de que no haya sufrimiento en el sacrificio de los animales.
De igual, la USMEF informa a distintos sectores y a través de distintas vías sobre las mejores opciones para el manejo de la carne, lo mismo en el supermercado, como en el restaurante y en los hogares, de manera que estos insumos que se han logrado con los mejores estándares cumplan el ciclo de consumo de la mejor manera.
México mantiene un ascenso en el consumo de carne de cerdo y una parte significativa de esta proteína procede de los Estados Unidos. Los consumidores deben estar atentos en que la carne que adquieran cumpla con las certificaciones que garantizan las medidas sanitarias indispensables para su consumo, como es el sello de la USMEF, o la validación nacional TIF, en el caso de la producción en México.
Otro de los mitos que han bordeado el tema de la carne de cerdo es el de su grasa, y la preparación de platillos con la manteca de cerdo, producto que ha sido una tradición de la cocina mexicana tradicional.
Se le ha considerado también un ingrediente perjudicial para la salud, sin embargo los estudios realizados por instituciones como la UNAM destacan que incluso es más benéfica que la contenida en la carne de res o ternera.
Además, tiene ácidos grasos monoinsaturados, similares a los que se encuentran en los aceites de girasol, pescado, nueces y semillas; la única diferencia es que se solidifican a temperatura ambiente.
Por si fuera poco, la crianza del cerdo representa también una ventaja para las sociedades actuales en términos de impacto ambiental. Ocurre que la huella de carbón que genera la crianza de cerdos es 3% de dióxido de carbono, mucho menor en comparación con las reses, que es de 31%.
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