Cousiño Macul, vinos chilenos con emociones mexicanas
Calificada como una de las líderes del panorama industrial chileno, Verónica Cousiño, directora comercial de Cousiño Macul, conversa sobre el reencuentro de esta bodega legendaria con el mercado de México
La llegada de dos etiquetas ideales para los paladares mexicanos y la reafirmación de un vínculo afectivo con años de historia marcan el simbolico reencuentro de la emblemática bodega chilena Cousiño Macul con México, a través de Verónica Cousiño, copropietaria y director comercial de esta empresa vinícola con más de 160 años de historia.
De visita en nuestro país, detalla que este viaje representa un relanzamiento de la marca, ya que si bien han tenido una presencia sostenida estas tierras a través de distintos distribuidores, diversos factores, principalmente la pandemia, habían impedido venir y tener un diálogo directo con el público y los profesionales del mundo del vino.
“Es un viaje que me emociona, es un viaje de reencuentro con un país al que he viajado desde pequeña, que conozco y cuya cultura y cuya gente me entusiasma. El hecho de venir en marzo es también algo muy significativo, ya que es el mes de la mujer. En Cousiño Macul el trabajo y la figura de la mujer tienen un peso específico, históricamente, ahora y viendo hacia el futuro. Las mujeres tenemos roles estratégicos en distintas áreas de la empresa, y desde luego destaca el trabajo de nuestra enóloga, Rosario Palma. Así, este viaje es también un recordatorio del papel fundamental que las mujeres tenemos en la historia del vino chileno y en su proyección internacional”, refiere Verónica, quien ha sido reconocida por distintas organizaciones como una de las líderes empresariales de su patria.
Este renovado diálogo con México va de la mano con la reicorporación de etiquetas con un especial carácter. Se tratan de Isidora Reisling y el multireconocido Finis Terrae, la etiqueta premium que ha conquistado premios y aplausos de los conocedores.Isidora es una línea que rinde tributo a una de las grandes mujeres empresarias de Chile del siglo XIX, antepasada de Verónica, Isidora Goyenechea. Fue una de las máximas figuras de la minería de aquella época, y tanto su fortuna como su talento empresarial fueron ponderados por publicaciones como Le Figaro y The New York Times.
“De esta línea tenemos ya en el marcado Isidora Rosé, de uva Merlot, y con una graduación de 12 grados, lo cual lo hace un vino muy fácil de beber, juvenil y seductor, ideal para esta temporada. Ahora traemos a México Isidora Riesling, un vino declaradamente gastronómico, que va muy de la mano con la gastronomía de México, con su cocina especiada y picante. Es una variedad que hemos pensado como un vino óptimo para las mesas mexicanas”, explica Verónica.
En esa sintonía, el portafolios de Cousiño Macul en México abre las posibilidades de más experiencias con una de las joyas de la corona: Finis Terrae Red Blend, expresión de elegancia con el sello del Valle del Maipo en un ensamblaje poético de Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah.
“Finis Terrae es mi vino favorito. Es el vino que hizo mi abuelo; mi tata marcó mi vida profundamente. Es un vino accesible, es mi abuelo en una botella. Es como volver a casa. Es un vino que pone de manifiesto y da continuidad a esa tradición que es una parte viva de la bodega: algo que nos hace seguir con tanta pasión, algo sin lo cual no podríamos seguir adelante.
“La gastronomía mexicana es compleja, diversa, es tan rica y con tantas capas, por lo que es indispensable conocerla y saber maridar. Uno de los enfoques que nos distingue es precisamente que hemos puesto mucha atención en el mercado americano. Nuestros vinos van de la mano con esa gastronomía de matices e identidades que distingue a este continente. Tenemos poca presencia en los mercados europeos y asiáticos, nos hemos enfilado más a hacer vinos que vayan con la cultura y la gastronomía de los países en los que tenemos más sólida presencia. Es algo que nos hace totalmente diferentes”, dice.
Miembro de la séptima generación de esta bodega de trascendencia en el panorama de la vinicultura chilena, Verónica desarrolla junto con su hermano, Diego, una intensa labor en lo que ella misma define como “un momento en el que la agricultura no es fácil, precisamente por factores tan apremiantes como el cambio climático. Sin embargo traemos la camiseta bien puesta y las cosas están resultando.
“Somos un equipo lleno de pasión, el factor indiscutible para haya calidad. Es un equipo difícil de copiar y los resultados que hemos logrado no se encuentra en todas partes. El trabajo de Rosario Palma en el área enológica es de un valor indiscutible, sobre todo porque tenemos el entendimiento para cumplir objetivos comunes. Ella sabe lo que queremos y lo que buscamos como bodega, algo que va en sintonía con sus interés y su visión de la enología, y eso es algo sin duda invaluable”, resalta Verónica Cousiño.