Balsámico: Sabor, salud y tradición
La región de Emilia Romagna es la tierra del vinagre balsámico, noble producto que además ofrece múltiples beneficios para el bienestar de los consumidores
Con una tradición de más de dos mil años en la historia, el vinagre balsámico es una de las joyas de la gastronomía italiana que en las últimas décadas trascendió las fronteras regionales para convertirse en un auténtico patrimonio de la humanidad.
Tradicionalmente fue elaborado con técnicas y procesos celosamente cuidados por los por familias de Módena y Reggio Emilia, zonas de producción exclusiva del auténtico balsámico. Incluso hubo épocas en que no era del todo conocido en otras regiones de Italia. El vinagre balsámico de Módena es un producto calificado como IGP (Indicación Geográfica Protegida) exclusivo y distintivo del territorio de las actuales provincias de Módena y Reggio Emilia, que se corresponden aproximadamente con el antiguo ducado Estense.
El término “balsámico” fue utilizado por primera vez en 1747 en algunos de los inventarios de las bodegas del Palacio ducal de Módena, probablemente el nombre nace del uso incluso terapéutico de este producto del que se decía fuese “un efecto balsámico y refrescante”, explica la Agencia Internazionale de Turismo de Italia.
Historiadores hacen referencia al hecho de que había familias que guardaban su vinagre como una auténtico tesoro: era un regalo altamente estimado e incluso llegó a ser parte importante de las herencias y las dotes matrimoniales.
Una de las más significativas referencias históricas sobre el vinagre balsámico data de 1046: una botella de vinagre balsámico fue obsequiada al emperador Enrique III de Franconia. También se sabe que en la Edad Media se usó como desinfectante y se le consideró un remedio efectivo para toda clase de dolores, desde garganta hasta del parto.
El vinagre balsámico ha dejado de ser visto como un elíxir milagroso y resaltan más aún sus virtudes gastronómicas. Sin embargo siguen resaltando sus cualidades en la nutrición y la salud de los consumidores. Conoce algunas de ellas.
I. El vinagre conserva los nutrientes de la uva, es rico en minerales y contiene calcio, hierro y magnesio, lo cual ayuda al buen funcionamiento del corazón y del sistema circulatorio, además de que no contiene colesterol.
II. El vinagre balsámico contiene polifenoles, también conocidos como agentes anticancerígenos.
III. Es un desinfectante natural, puede ayudar a aniquilar bacterias malas en el cuerpo, además de otros gérmenes. También ayuda a restaurar los niveles de acidez (ph) en el cuerpo humano.
IV. Es digestivo y diurético. El potasio que contiene el vinagre balsámico ejerce una acción diurética en el organismo. Gracias a sus enzimas, está considerado como un ingrediente sumamente digestivo.
V. Es adelgazante. La suma de sus propiedades diuréticas, digestivas y antioxidantes induce a creer que puede ayudar al organismo a quemar grasas.
Con información de Carbonell, Borges, Internazionale de Turismo de Italia y Conzorcio Tutela Aceto Balsamico. Fotos: Cortesía