Andares en el agua: San Agustín Etla
Esencia y expresión de una historia común marcada con el sello de la naturaleza que hoy es también plataforma de una gran aventura cultural
El rumor del agua no solo es un sonido, es una atmósfera, una sensación espiritual, un estado de ánimo. Al llegar al poblado de San Agustín Etla, la primera impresión es estar en otra Oaxaca, en una Oaxaca diferente a la que comúnmente se vive al llegar a la capital del estado con su inagotable algarabía, sus mercados, su despliegue de tiempos, historias, testimonios; la elocuencia de colores y formas que son sabores y aromas; su caos urbano con identidad propia que resume entre cuadra y cuadra, entre semáforo y semáforo, viejos y nuevos claroscuros sociales y culturales.
En San Agustín Etla, la fragancia de la naturaleza llena no solo el olfato, sino también la vista, el tacto; envuelve los sentidos en el andar por un camino vecinal que habla de una cotidianeidad con cuyas estampas tal vez muchos quisiéramos llenar el álbum de la historia patria, sin tantos cañonazos ni efectos pirotécnicos, y más con el aroma de un buen café y el sabor de las golosinas locales, y las risas de jóvenes músicos que ensayan en la plaza pública, mientras un grupo de entusiastas chambelanes caminan con rapidez hacia la iglesia de la Soledad, en Vistahermosa, para las fotos con la quinceañera, sin ocultar sin embargo la rigidez que impone para algunos usar un traje, tal vez por primera vez.
Al otro lado de cañada, a lo lejos, se distingue el edificio que alberga la escuela secundaria 28, la primera en Oaxaca en la que se desarrolló el proyecto “Mirando al cielo”, a través del cual, el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) enseña a los estudiantes a utilizar los telescopios y a familiarizarse con la astronomía.
“¡Mira, el agua! Ahí se ve, fíjate bien…”, exclama una mujer a su compañero señalando hacia las montañas una cascada que se distingue desde uno de los inmuebles emblemáticos de este municipio, el Centro de las Artes San Agustín, mejor conocido como CASA, y que fuera inaugurado en 2006 a partir de la iniciativa de Francisco Toledo. Este impresionante centro cultural reside en lo que fueran las instalaciones de la Fábrica de Hilados y Tejidos La Soledad, establecida en 1883 y que por muchos años representó el eje motor de la economía y la actividad productiva en San Agustín y para la gente de otras poblaciones que encontraron en esta fábrica una fuente estable de empleo. En 1924 se fundó la Fábrica de Hilados y Tejidos San José.
Con una historia que se remonta a 1583, San Agustín se dedicó hasta los 1700 a la actividad minera, para posteriormente entrar de lleno al mercado textil. El agua siempre ha sido un recurso distintivo de la localidad. En 1884 comenzó a abastecer del líquido a la capital oaxaqueña, de la que se encuentra a poco menos de 20 kilómetros de distancia. ¿En tiempo? ¿Quién sabe? Los platones, los bloqueos, las contingencias del clima, sobre todo la lluvia en combinación con los baches de la carretera principal, la antigua vía a la Ciudad de México, pueden determinar que ese recorrido sea cuestión de horas.
Actualmente San Agustín Etla continúa abasteciendo de agua a diversos poblados aledaños, como San Sebastián Etla. Sin embargo la actividad textil ha desaparecido. En los años 80, los propietarios cedieron el control a los trabajadores a manera de cooperativa, enfilándose paulatinamente, a la extinción de la empresa.
“Las industrias sobreviven gracias a la decisión de los trabajadores, que combinan el trabajo agrícola y el textil, así como a la calidad de la ingeniería industrial del siglo XIX, elaborada para durar a largo plazo”, advierte Emma Yanes Rizo en su espléndido ensayo “Historia obrera: las fábricas San José y La Soledad Vista Hermosa en Etla, Oaxaca”.
“Tras su abandono, un buen día la maquinaria comenzó a desaparecer, ya sea en aparatos completos o en partes, sin que alguien tuviera certeza de su paradero”, platica el artista plástico Adán Paredes, residente de San Agustín Etla, quien como otros tantos creadores en diversas disciplinas se han integrado a la vida de esta comunidad, aportando además trabajo y participación en los objetivos comunes del pueblo, como marcan las leyes de Usos y Costumbres de estas poblaciones.
Reconvertida ya como un espacio cultural único en la región, la antigua fábrica es hoy un imponente conjunto de edificios que concentra una utopía tangente de la inteligencia y la creatividad.
La atmósfera de San Agustín Etla se llena asimismo de acentos y palabras en inglés, francés, alemán, italiano, de personas provenientes de diversas partes del mundo, y desde luego de México, que vienen a este centro a participar en diversos cursos y talleres relacionados con las artes plásticas en sus más diversas manifestaciones. CASA es también un espacio de interacción con la comunidad en el que se realizan conciertos, conferencias y cursos de interés para la comunidad, incluyendo el público infantil. Es impresionante llegar a San Agustín Etla y encontrar en CASA importantes exposiciones en la jerarquía de los grandes museos nacionales y extranjeros, como la gran muestra de la Gráfica Mexicana, o la reciente Retrospectiva de Graciela Iturbide.
Líneas, trazos y perspectivas de una pureza funcional impecable son hoy resguardo y escenario del pensamiento, así como de su expresión en colores, formas, anécdotas plásticas que reescriben la historia de un pueblo y su gente en un palimpsesto de orgullosa factura oaxaqueña.
Centro de las Artes de San Agustín
Dirección: Independencia s/n, Vista Hermosa, 68247 San Agustín Etla, Oaxaca.
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 20:00 h
Tel: 01 951 521 2574Web: casa.oaxaca.gob.mx